Ubicada en el centro de Madrid, esta reforma explota al máximo las increíbles vistas de varios monumentos emblemáticos, cuidando la exclusividad y el detalle.
Las necesidades del cliente implicaban espacios modernos con toques clásicos, instalaciones de última generación, máxima optimización del espacio y atención al detalle.
El uso de la iluminación para guiar al usuario convierte los recorridos en gestos intuitivos. El uso de materiales naturales y colores aporta un extra de confort y calidez.
El proyecto plantea la renovación completa de la vivienda, creando una fuerte conexión entre el interior y el exterior, incluyendo las vistas de la catedral de la Almudena, el Consejo de Estado, y la fuga visual a la rivera del Manzanares, y generando estancias cálidas y acogedoras.
El espacio se expande o comprime según los usos, influyendo en la percepción del usuario.
El uso de elementos y materiales clásicos contrasta con la disposición moderna de los espacios.
Intervenir en un edificio de 150 años de antigüedad es siempre un reto. En este proyecto nos enfrentamos a una renovación de instalaciones, redistribución de las circulaciones para dividir espacios y usos.
Otro reto fue utilizar las vistas como telón de fondo en los principales núcleos funcionales, estableciendo conexiones entre los usos interiores y las vistas exteriores.
En todas nuestras intervenciones la atención al detalle es fundamental. En este proyecto se han cuidado los detalles en cada elemento, desde la relación entre exterior-interior hasta los encuentros entre materiales.